Bajo el cielo del dos mil veintitrés,
dos almas hermanas, unidas por la fe.
Despiertan con el sol, desafían la pereza,
cambiando su vida con pura fortaleza.
Foguiie y Fury, gatas traviesas,
luces en la oscuridad, dulces princesas.
Con ronroneos de aliento y maullidos de amor,
inspiran a las hermanas, su eterno fulgor.
Temprano se alzan, desafiando la inercia,
con el propósito de una nueva existencia.
En el alba, se encuentran, se apoyan con fervor,
unidas, inseparables, en cada amanecer.
El año habló, les instó a madurar,
desarrollar sueños, emprender y amar.
Dos corazones, una meta, juntas avanzar,
tejiendo un destino que solo pueden soñar.
En el lienzo de la vida, trazan su sendero,
con colores vibrantes, llenos de misterio.
El emprendimiento, su nueva bandera,
donde cada desafío es una nueva primavera.
Con gratitud a quienes les acompañan,
Yesica y Angelica, fuertes hermanas.
Atravesando la vida con risas y sin miedo,
creando un estilo único, su propio credo.
Que este poema sea un eco en el viento,
un recordatorio de cambio y crecimiento.
Que inspire a todos a buscar con pasión,
un nuevo amanecer, una transformación.