Familias Tóxicas y el Silencio que Nos Define: Un Viaje hacia la Sanación

Hola, gracias por estar aquí. Estamos dando vida a nuestro primer libro para colorear, una obra que no solo se compone de ilustraciones, sino también de experiencias que han marcado profundamente nuestro camino. Esta primera imagen no es solo arte, es un espejo: refleja cómo nos sentimos frente a un tema del que no se habla lo suficiente, uno que suele ser suavizado o incluso romantizado.

No venimos a culpar ni a señalar. Tampoco buscamos generar lástima ni provocar debates sobre quién tuvo la culpa. Esta historia es nuestra, y nadie más tiene derecho a definirla. Solo nosotras sabemos lo que significó crecer en un entorno donde amar no siempre fue sinónimo de comprensión, y donde hablar era casi un acto de rebeldía.

Antes de publicar esta entrada, nos preguntamos si era correcto abrir esta parte de nosotras al mundo. La respuesta llegó clara: sí, porque lo vivido también es parte de nuestro arte, de nuestra autenticidad. No venimos de un lugar privilegiado, de esos que suelen retratarse como ideales. Nuestra historia no fue pintada con tonos pastel, pero eso no la hace menos valiosa. Al contrario, esa diferencia es la que nos hace ser quienes somos hoy.

Fuimos dos niñas dentro de un hogar donde guardar silencio era considerado virtud. Donde cuestionar era falta de respeto. Yo elegí la introspección, el silencio forzado, mientras mi hermana se refugiaba en la obediencia. No porque no pensara distinto, sino porque no había espacio para pensar en voz alta.

Nos criaron en una estructura donde la paz significaba ausencia de conflicto, no presencia de entendimiento. Nos fuimos de casa no por odio, sino por amor: amor a nosotras mismas, por no querer convertir el dolor en resentimiento. Por no querer odiar a quienes, a su manera, también hicieron lo que pudieron con lo que sabían.

Durante mucho tiempo sentimos una punzada en el pecho al ver familias que parecían tenerlo todo: apoyo, ternura, respeto mutuo. Lo que sentíamos no era celos, era una forma silenciosa de duelo. Extrañábamos algo que nunca tuvimos. Esa tristeza disfrazada de envidia era el reflejo de un anhelo profundo: pertenecer, sentirnos vistas, tener un lugar seguro.

Pero con los años entendimos que podíamos dejar de mirar hacia afuera y empezar a construir desde adentro. No necesitamos una familia perfecta para ser felices. Podemos crear la nuestra. Con amor elegido, con vínculos que nacen del respeto, con personas que nos abracen como somos, sin necesidad de cambiar.

Y ese es nuestro mensaje para ti: si alguna vez te sentiste extraño en tu propia casa, si callaste por miedo, si aprendiste a fingir para no romper la aparente armonía, no estás solo. Somos muchas las que caminamos en silencio, pero también somos muchas las que decidimos romperlo.

Gracias por leernos, por abrir tu corazón junto al nuestro. Este libro que estamos creando no es solo para colorear ilustraciones; es para llenar de vida lo que alguna vez estuvo en sombras. Para sanar, para compartir, para crecer.

Nosotras seguimos construyendo nuestro refugio. Y si tú también estás en ese proceso, esperamos que este espacio te haga sentir menos solo y más comprendido.

Con cariño,
Yesica & Angélica


Descubre más desde Yesicangelica

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

También te puede interesar