Entrevistadora (Angélica): ¡Hola a todos! Aquí tenemos una historia que continúa con su énfasis, su autoestima y su amor auténtico. Estuve con Yesica, quienes juntas supieron vivir, vivieron una experiencia transformadora. ¿Podrías contarnos cómo llegaste a viajar, Yesica?
Yesica: ¡Hola, Angélica! Claro, con gusto. De vez en cuando, mis compañeros y yo vivimos en un mundo donde nuestras voces han sido sofocadas, y nuestros padres se han sentido decepcionados por las expectativas de quienes viven nuestras vidas. La frase “Respeta a tu madre y a tu padre” se convierte en una palabra que pesa sobre nuestros semejantes limitándolos a todos sus sentimientos.
Angélica (Entrevistadora): Esta es una situación realmente difícil. ¿Cómo decidimos entrar en él?
Yesica: Es un proceso doloroso y frustrante. Vinimos a preguntar al papel que nos asignaban nuestros hábitos y decidimos que podíamos seguir si fuéramos títeres en la narración nuestra. Sopesando las resistencias y las etiquetas que infringimos, debemos asegurarnos de que se nos permita ser libres y auténticos.
Angélica (Entrevistadora): ¿Podemos conocer los cambios que experimentamos y liberarnos de nuestras expectativas?
Yesica: A medida que nos liberamos, comenzamos a florecer. Descubre la belleza de la independencia y la autoafirmación. Valoramos nuestras propias voces y defendimos nuestras convicciones con valentía. Nuestros avisos indican que la luz verde ha provocado que el silencio se prolongue el mayor tiempo posible.
Angélica (Entrevistadora): ¿Cuál fue el precio que pagaron por su libertad?
Sí: perdemos relaciones familiares, incluso si son dolorosas, pero todavía tenemos un sentimiento de autenticidad y comprensión que nunca antes habíamos experimentado. Nuestros conversos en autores de nuestras nuevas propias historias y guardianes de nuestras nuevas voces.
Angélica (Entrevistadora): Una historia verdaderamente inspiradora. ¿Qué menaje quieres compartir con quienes enfrentan expectativas ajenas?
Yesica: Quiero dejar constancia de que el juego por la independencia y la autenticidad vale la pena. Al negarse a ser prisioneros del silencio y las anticipaciones ajenas, florecemos como las flores más hermosas en nuestro propio jardín de libertad. El verdor es único, sin excusas ni restricciones.
Angélica (Entrevistadora): Gracias por compartir esta historia tan poderosa, Yesica. Es un registro de que cada uno de nosotros tiene el poder de controlar nuestras vidas y escribir nuestro propio destino.
Yesica: Gracias a ti, Angélica. Espero que esta historia inspire a otros a encontrar el corazón para ser ellos mismos y abrazar su autenticidad. ¡Esperemos en el próximo capítulo de nuestras nuevas historias de Empoderamiento!
