Día 1 – Un paso tembloroso, pero firme
Últimamente no nos estamos sintiendo cómodas con nuestro cuerpo. Nos miramos al espejo y vemos una panza que nos desalienta. No es que la ropa no nos quede, es que no nos reconocemos en ella. Sentimos que hemos perdido esa conexión con nosotras mismas, con la imagen y la energía que solíamos habitar. Y eso… pesa.
A veces, cuando alguien irrumpe en tu vida y te drena, te desgasta, te quita el brillo sin que te des cuenta, terminas vacía. Y cuando al fin se va, en lugar de alivio, queda un miedo sordo: ¿y si vuelve? Nosotras lo sentimos así.
Por eso hoy decidimos canalizar todo eso en un dibujo. Acompañanos mientras ilustramos nuestras emociones, mientras te contamos un poco más de cómo nos sentimos. Tal vez, entre líneas y trazos, también vos encuentres una forma de soltar tus propias ansiedades. Esto no es solo arte, es sanación en proceso.
Nos presentamos: somos Yesica y Angélica, dos hermanas que un día dijeron “Basta.” Basta de sentirnos extrañas en nuestra propia piel. Basta de agotarnos al caminar. Basta de vivir con dolores silenciosos que nos decían que algo no estaba bien.
Cansadas, frustradas, nos miramos y decidimos empezar. No desde la exigencia, sino desde el amor. Así nació este canal: un diario visual y emocional de nuestro viaje para reconectar con la fuerza, la salud y el cariño por nosotras mismas.
Hoy fue el primer día. Nos levantamos temprano, elegimos ropa cómoda y nos preparamos para nuestra primera clase de pilates. Estábamos nerviosas, llenas de excusas, con la cabeza plagada de dudas. Pero algo hermoso ocurrió: lo disfrutamos.
Sí, sudamos. Sí, las piernas nos temblaban como hojas. Sí, miramos el reloj deseando que terminara. Pero también nos reímos, respiramos profundo, y por momentos, nos sentimos vivas. Como si, en medio del esfuerzo, hubiéramos encontrado un rincón de paz.
Después llegó la ducha… y el dolor. Cuello, espalda, muslos, todo protestaba. Pero esta vez no era el dolor del abandono, sino el del esfuerzo. Y ese duele distinto. Ese, en el fondo, reconforta.
Este artículo no es una guía perfecta ni un manual de fitness. Es un espacio real, imperfecto, donde nos acompañamos mutuamente en este proceso. Queremos sentirnos fuertes. Sí, soñamos con abdominales marcados. Pero más que eso, anhelamos mirarnos al espejo y decirnos: “Ahí estamos. De nuevo. Juntas.”
¿Es por estética? Un poco.
¿Es por salud? También.
Pero sobre todo, es por nosotras.
Por recuperar la confianza. Por volver a movernos sin miedo. Por volver a brillar.
Hoy dimos el primer paso. Mañana habrá otro. Con nuevos movimientos, nuevas risas… y seguramente, nuevos dolores. Pero también con más voluntad.
Si estás leyendo esto, te invitamos a sumarte. A acompañarnos. A suscribirte y ser parte de este pequeño gran reto. Porque en este camino, el apoyo es medicina. No queremos coronas ni pasarelas. Queremos caminar erguidas por la calle, con la mirada en alto y el abdomen firme. Queremos sentirnos orgullosas de lo que somos y de lo que estamos construyendo.
Hoy nos duele el cuerpo, pero el alma ya respira mejor.
Hoy dimos un paso. Pequeño, sí. Tembloroso, también.
Pero lo dimos.
Y eso… eso es más de lo que hicimos ayer.
Gracias por estar acá. Si alguna vez pensaste “no puedo”, te entendemos.
Nosotras también lo pensamos.
Pero lo hicimos igual.
Y mañana, lo haremos otra vez.
🎤 Entrevista entre Yesica y Angélica: “Amar nuestro cuerpo es volver a casa”
Ahora queremos compartir una conversación sincera entre dos hermanas, Yesica y Angélica, que decidieron dar un paso hacia el amor propio, un camino lleno de desafíos, autocrítica y, sobre todo, crecimiento. En este espacio, no buscamos la perfección ni una guía infalible sobre cómo cambiar nuestro cuerpo, sino un testimonio real sobre lo que significa aprender a quererse, a pesar de las inseguridades que muchas veces nos acechan.
Para ellas, la transformación no es solo física. Es un proceso profundo que va más allá de la estética: es recuperar la fuerza interior, la confianza y la alegría de moverse sin dolor. Pero sobre todo, es aprender a verse al espejo y sentirse bellas, no para los demás, sino para ellas mismas.
En esta entrevista, Yesica y Angélica nos cuentan cómo enfrentaron sus miedos, la lucha contra la autocrítica, y la importancia de crear un espacio donde otras mujeres puedan sentirse acompañadas en su propio camino hacia la aceptación. Este es un testimonio de valentía, amor propio y la determinación de ser la mejor versión de nosotras mismas.
Ahora, acompáñanos a conocer más sobre su historia, sus aprendizajes y las lecciones que nos comparten en este proceso tan personal, pero tan necesario.
Pregunta 1 – Entrevistadora:
Chicas, ¿cuándo fue la primera vez que se dieron cuenta de que no se sentían bien con su cuerpo?
Yesica:
Creo que no fue un solo momento. Fue algo que se fue acumulando… cuando te probás ropa y nada te convence, o cuando te sacás una foto y lo primero que hacés es borrarla. Ahí te das cuenta de que algo no anda bien, no tanto con el cuerpo, sino con cómo lo estás habitando.
Angélica:
Sí. Yo sentí que mi cuerpo se volvió un lugar ajeno. Lo cargaba todos los días, pero no lo sentía mío. Me dolía, me incomodaba… y no por los demás, sino porque yo ya no me reconocía en él. Ahí dije: “Esto no es vivir, esto es arrastrarse.”
Pregunta 2 – Entrevistadora:
¿Ustedes buscan cambiar su cuerpo por presión externa o por ustedes mismas?
Angélica:
Por nosotras. Totalmente. No queremos encajar en un molde. Queremos vernos al espejo y decir: “¡Esa soy yo!”, con orgullo, con ternura. Este camino no es para gustarle a alguien, es para gustarnos a nosotras.
Yesica:
Exacto. A veces la gente cree que cuando una mujer empieza a entrenar es por estética o por querer encajar. Pero hay algo más profundo: es querer volver a sentirse viva, fuerte, libre dentro de su cuerpo. No es un castigo, es un acto de amor propio.
Pregunta 3 – Entrevistadora:
¿Y qué es lo más difícil en este proceso de volver a quererse?
Yesica:
Callar la voz interna que te sabotea. Esa que dice “no podés”, “es tarde”, “así estás bien, ¿para qué cambiar?”. Lo más difícil no fue hacer pilates, fue creer que merecíamos sentirnos mejor.
Angélica:
Y también sostenerse. Hay días que te levantás sin ganas, con el cuerpo adolorido, y te preguntás: “¿Vale la pena?” Y la respuesta es sí. Siempre sí. Pero hay que tener paciencia y compasión. Porque no estamos solo entrenando el cuerpo, estamos reeducando el alma.
Pregunta 4 – Entrevistadora:
¿Qué aprendieron de su cuerpo desde que empezaron este reto?
Angélica:
Que estaba esperando por nosotras. Que no estaba roto, ni débil, ni feo. Solo estaba pidiendo atención, cuidado, movimiento. Aprendí que mi cuerpo no me falló… fui yo quien lo abandonó un poco.
Yesica:
Yo aprendí que el cuerpo recuerda. Que cuando lo tratás con cariño, responde. A veces con dolor, sí, pero también con gratitud. Cada estiramiento, cada respiración consciente es una forma de decirle: “Perdón por ignorarte. Gracias por seguir aquí.”
Pregunta 5 – Entrevistadora:
¿Qué le dirían a otras mujeres que hoy no se sienten cómodas en su cuerpo?
Yesica:
Que no están solas. Y que no tienen que transformarse para gustarle a nadie. Que empiecen con un paso, uno chiquito, el que puedan. Pero que empiecen. Porque el amor propio no se siente de golpe, se construye.
Angélica:
Que su cuerpo es arte. No tiene que ser perfecto para ser bello. Que se miren con ojos amables. Que se abracen, incluso en los días que más se critican. Porque hay poder en esa mirada interna que dice: “Te quiero igual.”
Pregunta 6 – Entrevistadora:
¿Cómo se sienten hoy, después de su primer día de entrenamiento?
Angélica:
Adoloridas, sí (risas). Pero orgullosas. Hoy el dolor es distinto. Es el dolor del esfuerzo, no del abandono. Y eso ya cambia todo.
Yesica:
Siento que empezamos a volver a casa. A ese lugar dentro de nosotras donde siempre fuimos suficientes. Y este blog, este espacio que creamos, es nuestra forma de invitar a otras mujeres a hacer lo mismo. A verse, a quererse, a reconstruirse desde la raíz.
Entrevistadora:
Gracias por compartir desde el alma. ¿Algo más que quieran decirle a quienes las están leyendo o escuchando?
Yesica:
Que no esperen a sentirse listas. Nunca se está del todo lista para cambiar. A veces se empieza con miedo, con dudas, con cansancio… pero se empieza igual.
Angélica:
Y que este camino no tiene que ser solitario. Nosotras estamos acá, acompañándolas. Si hoy no te animás a moverte, animate al menos a mirarte con más amor. A veces eso es el verdadero comienzo.

“El amor propio no se trata de buscar la perfección, sino de abrazar todo lo que somos, con todas nuestras imperfecciones y fortalezas. El camino hacia el bienestar es personal, único, y no tiene un solo rumbo. A veces lo que más necesitamos es empezar a ser amables con nosotras mismas, a tomarnos el tiempo para cuidarnos y, sobre todo, a creer que merecemos sentirnos bien, por nosotras y para nosotras.”
Yesica y Angélica nos demuestran, con cada paso que dan, que el verdadero poder está en el proceso, en aprender a quererse sin prisa, sin juicio. Como ellas, todas tenemos la capacidad de recuperar esa conexión con nosotras mismas, de tomar el control de nuestra salud, nuestra energía, y, sobre todo, de nuestra felicidad.
Hoy dimos el primer paso, mañana vendrán más, y nosotras seguimos aquí, acompañándote. Porque en este camino, no hay vuelta atrás. Y juntos, vamos a seguir avanzando.
Gracias por tomarte el tiempo de leer esta entrada o simplemente por acompañarnos desde el otro lado de la pantalla. Si sos de esas personas que están buscando una manera de reconectar con su cuerpo y empezar a moverse con amor, te invitamos a darte una vuelta por nuestro canal de YouTube Reto Fitness. Ahí vas a encontrar el video que inspiró este escrito, una clase real, honesta y sudada, como nosotras.
Y si querés conocer más sobre nosotras, también podés visitar nuestro canal oficial, donde compartimos un video más íntimo que habla de todo lo que escribimos acá. Pasá a verlos cuando termines de leer este artículo, si sentís que este camino también podría ser el tuyo.
Gracias por estar, por leernos, por vernos, por acompañarnos.
Y si te animás, contanos en los comentarios:
¿Cómo te sentís con tu cuerpo?
¿Qué lugar ocupa el amor propio en tu vida?
Nos encantaría leerte, compartir experiencias y seguir construyendo esta comunidad donde el cuerpo no es una carga, sino un hogar que merece cuidado, respeto y cariño.
Esto recién empieza, y sería hermoso caminarlo con vos.
Descubre más desde Yesicangelica
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.