De lápices a píxeles: La transformación de mi primer dibujo

Un dibujo que ha crecido conmigo

Acompáñame en este momento especial mientras vuelvo a digitalizar un dibujo muy querido para mí. Hace un tiempo ya lo había trabajado en Photoshop, pero aquella versión no terminó de convencerme; se sentía apagada, sin alma. Por eso decidí darle una nueva oportunidad, esta vez utilizando Illustrator. Vamos a redescubrirlo juntos.

Estos últimos días estuve organizando mis viejos cuadernos de bocetos. Fue como abrir una cápsula del tiempo. Entre sus páginas polvorientas, me encontré con mi primer cuaderno de dibujo, y algo me quedó claro al instante: rara vez dejo una ilustración solo en lápiz. El color siempre ha sido parte esencial de mi expresión. Apenas termino un trazo, me resulta imposible no tomar mis lápices de colores y darles vida.

Soy una chica que dibuja para escapar de la realidad. El arte ha sido mi refugio, mi manera de reinventar el mundo a mi manera. Este dibujo, en particular, tiene una historia íntima que me ha acompañado desde la infancia.

Lo creé por primera vez a los diez años. En ese entonces, dibujar era mi refugio, una vía de escape hacia un universo que solo existía en mi imaginación. Cada línea era un susurro de lo que sentía pero no sabía decir con palabras.

A los quince años, decidí colorearlo. Recuerdo ese momento claramente: el sol entrando por la ventana, el cuaderno abierto sobre la mesa, y yo eligiendo cuidadosamente cada tono. Fue una experiencia casi mágica. Cada color representaba algo distinto: alegría, melancolía, sueños.

Pasaron los años, y a los veintiuno lo transformé en su primera versión digital. Fue un reto emocionante. Nunca había digitalizado un dibujo tan antiguo, y fue como encontrar un tesoro escondido. Redibujarlo me permitió ver detalles que había olvidado, mejorar trazos, y añadir elementos modernos sin perder su esencia original.

Hoy vuelvo a trabajar en él. Quiero que esta versión sea más fiel a lo que soy ahora. Illustrator me ofrece nuevas posibilidades, y me emociona ver cómo algo tan íntimo puede seguir evolucionando conmigo.

Decidí compartir este proceso en Instagram y aquí, en mi blog, porque no quiero que esta obra se quede escondida en una tarjeta SD o en una carpeta olvidada. Cada pieza que creo lleva una parte de mi historia, y esta, en particular, representa mi crecimiento personal y artístico.

Gracias, de corazón, por acompañarme en este viaje. Leer sus comentarios, recibir sus mensajes y sentir su apoyo es un motor enorme para seguir creando. Si te interesa ver más de mi trabajo, puedes seguirme en Instagram. Y si deseas apoyar mi arte directamente, en mi tienda encontrarás algunas de mis obras disponibles. Cada adquisición es un impulso para seguir soñando con los ojos abiertos.

Les deseo un día lleno de inspiración. En la próxima entrada, compartiré una nueva pintura, un boceto fresco o una ilustración digital que esté en proceso. ¡Estén pendientes! Gracias por ser parte de esta aventura creativa.

🎤 Entrevista con Angelica M.C.:

La historia detrás de un dibujo que creció con ella

Hoy tenemos el placer de conversar con Angelica M.C., ilustradora y artista visual, quien recientemente compartió en su blog una obra muy personal: un dibujo que ha evolucionado con ella desde la infancia. En esta entrevista, nos adentramos en el corazón de esa creación, su simbolismo y las emociones que la acompañan.

Yesica: Hola Angelica, gracias por estar aquí. Nos conmovió mucho la historia de tu dibujo. Cuéntanos, ¿qué significa para ti esta obra?

Angelica: Hola Yesica, gracias a ti por darme este espacio. Este dibujo significa mucho más que una ilustración: es una línea continua que une distintas versiones de mí misma. Lo empecé cuando tenía diez años, y desde entonces lo he ido transformando en distintas etapas de mi vida. Es un reflejo de cómo he cambiado, pero también de lo que se ha mantenido: la necesidad de expresarme a través del arte, de contar historias sin palabras.

Yesica: El personaje central es un “hombrecito” curioso, con una expresión serena y un sol sobre su cabeza. ¿Por qué elegiste esa figura?

Angelica: Ese personaje nació casi por accidente, o quizás como un símbolo inconsciente. Es una figura andrógina, sencilla pero poderosa. Para mí representa la inocencia que persiste a pesar de todo. Es como un alter ego que me ha acompañado desde niña, una figura protectora. El medio sol sobre su cabeza es una metáfora del despertar, de una verdad que no es plena, pero que ya se empieza a intuir.

Yesica: Hablemos de los colores. Usaste azul, amarillo, blanco, rojo y negro. ¿Cuál fue el motivo detrás de esa paleta?

Angelica: El azul de la camisa representa la calma, pero también cierta melancolía. Es el color de la introspección. La cruz cerca de la costilla es un símbolo personal; habla del dolor que uno guarda en silencio, como una cicatriz del alma. El cárdigan rojo es el contraste: la pasión, la fuerza emocional que empuja a seguir. El pantalón blanco sugiere pureza, deseo de comenzar de nuevo. Y el sol, mitad blanco, mitad rojo con negro, representa lo dual: la luz que cura y la sombra que enseña.

Yesica: ¿Y cómo se llama este dibujo?

Angelica: Lo he llamado “Aurora Interna”. Porque no importa cuán oscuros sean los días, siempre hay una pequeña aurora que nace dentro de nosotros, dispuesta a crecer.

Yesica: Qué hermoso. Mencionaste en tu blog que tu hermana te regaló ese primer cuaderno de bocetos. ¿Qué pensaste cuando te lo entregó?

Angélica: Fue un momento muy especial. Yo tenía apenas nueve años. Ella me lo regaló sin decir mucho, solo me miró y dijo: “Para que llenes tus mundos”. No sabía lo profundo que sería eso para mí. Sentí que me estaba dando permiso para imaginar, para soñar, y desde ese momento no he parado de dibujar.

Yesica: ¿Y por qué crees que empezaste a dibujar desde tan pequeña?

Angelica: Porque el mundo real me resultaba abrumador. El arte era mi escondite, mi refugio secreto. Mientras otros niños jugaban al aire libre, yo me perdía entre hojas y lápices. Dibujar me daba control sobre lo que no podía cambiar. Con el tiempo, entendí que no solo era una forma de escapar, sino también de entender y sanar.

Yesica: Finalmente, ¿por qué el arte, Angelica? ¿Qué te hace volver una y otra vez?

Angelica: Porque el arte no me juzga. Me escucha, me transforma y me devuelve partes de mí que a veces olvido. Dibujar, pintar o escribir es mi manera de hablar con el mundo sin decir una sola palabra. El arte me recuerda que aún en medio del caos, siempre existe belleza.

Yesica: Para cerrar esta hermosa conversación, Angelica… ¿qué consejo le darías a quienes aman el arte pero aún no se atreven a expresarse? ¿Qué les dirías a los que tienen miedo de comenzar o creen que su arte no es suficiente?

Angelica: Qué linda pregunta, Yesica. Si hay algo que he aprendido a lo largo de mi camino artístico, es que cada expresión, por sencilla que parezca, tiene un valor inmenso. Mi consejo para todos los amantes del arte —especialmente para aquellos que están comenzando o que a veces dudan de sí mismos— es este: no subestimen lo que sienten al crear.

No importa si tu trazo es torpe o si no sabes usar todas las herramientas. Lo importante es que comiences. El arte no tiene que ser perfecto, solo tiene que ser sincero. Cada dibujo, cada pintura, cada idea que sale de tu corazón guarda una historia. Y esa historia merece ser contada.

A veces, cuando nos sentimos perdidos o inseguros, volver a mirar lo que hemos creado nos recuerda de dónde venimos y por qué empezamos. Es como una brújula emocional. Un dibujo antiguo, una foto que tomaste en un día especial, puede devolverte al momento exacto en que sentiste inspiración, miedo, alegría o tristeza. El arte es memoria viva.

Por eso, te invito a valorar cada una de tus obras, incluso aquellas que consideras imperfectas. Porque todas forman parte de tu evolución. Ningún trazo es en vano. Cada uno te guía, te refleja, te construye.

Y si necesitas un impulso, si te gustaría ver cómo otros también enfrentamos esas dudas y las transformamos en creación, te invito con mucho cariño a suscribirte mi canal de YouTube. Allí comparto procesos, pensamientos, y pedacitos de mi mundo artístico. También puedes darte una vuelta por mi tienda; tal vez encuentres algo que te inspire, o quizás decidas apoyarme para que pueda seguir creando más obras que conecten con personas como tú.

Yesica: Antes de despedirnos, me gustaría recordarle a quienes nos leen que “Aurora Interna” no es simplemente un dibujo más. Es una crónica visual de tu vida, Angelica. A través de esta obra y su evolución, queda claro que el arte no solo sirve para embellecer el mundo, sino para tender puentes entre el alma y la memoria.

Angelica: Así es, Yesica. Cada trazo tiene un eco de lo vivido, cada color refleja una emoción, una etapa, una búsqueda. Aurora Interna nació de la necesidad de expresar, pero también de sanar, de entender mi propia historia. Es increíble cómo un dibujo puede acompañarte en distintas fases de tu vida y, al mismo tiempo, ayudarte a no olvidar quién eres.

Yesica: Si desean conocer más del trabajo de Angelica, los invito a seguirla en Instagram y visitar su tienda en línea. Allí encontrarán piezas llenas de alma, creadas con intención, y tal vez una de ellas resuene con su propia historia. Cada obra es más que arte: es una huella, un paso más en este viaje profundamente humano que Angelica comparte con todos nosotros.

Hasta aquí. Si te gustó, regálanos un “me gusta” y déjanos tu comentario, ¡nos encanta leerte!

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Recuerda siempre: tu arte es tu voz, y el mundo necesita oírla.


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