Estos últimos días, nos sumergimos profundamente en el deseo de expresar lo que llevamos dentro. Como soñadoras multifacéticas, una de nuestras más grandes pasiones siempre ha sido el canto. Por eso, te invitamos a acompañarnos mientras dibujo, mientras tejemos con melodía aquello que a veces las palabras no alcanzan a decir.
Angelica y yo solemos comunicarnos mejor a través del arte y la música. Hay emociones que la voz no logra traducir del todo, pero que vibran con autenticidad cuando se transforman en canción, en imagen o en letras escritas con el corazón. Esta melodía que compartimos contigo no es solo una obra, es un reflejo de nuestro camino.
Nueve años de lucha, sueños sembrados y silencios profundos nos han acompañado en el mundo de la farándula. En ese trayecto, hemos sentido la frialdad de miradas que no comprenden, las voces que dudan y los juicios que intentan apagar lo que somos. Pero también hemos hallado algo valioso: nuestra luz interior. Una chispa que, aun cuando no era reconocida, nunca dejó de arder en lo profundo.
—”Entre sombras, sin ser vista… mi luz oculta, por nadie reconocida…”—susurra la canción al comenzar, como una confesión íntima.
Cada caída, cada lágrima que nadie vio, fue alimentando un jardín secreto dentro de nosotras. Hoy ese jardín florece. De cada semilla de dolor nació un pétalo de fuerza; de cada silencio, brotó una raíz que nos ancló a nuestra esencia.
¿Qué transmite realmente esta canción? Aquí algunos detalles que te pueden ayudar a sentirla más cerca:
Descubrir la propia luz
El viaje empieza en el reconocimiento interior. La luz que nadie ve, la que a veces incluso ocultamos, es poderosa. Representa nuestro potencial verdadero, único, que no depende de la aprobación ajena para brillar.
Superar el juicio y la incomprensión
En lugar de detenerse ante los ojos que no comprenden, el protagonista sigue avanzando. Permite que el tiempo y el viento lo transformen, y que su flor brote sin permiso de nadie.
Reconocer que somos un universo
Cada emoción, cada rasgo, cada herida forma parte de un todo. Como un firmamento lleno de estrellas y colores, cada parte de nosotros tiene valor. La aceptación completa permite el renacer.
Persistir a pesar de las dudas externas
Aunque el mundo dude, el alma planta sus sueños. Les da espacio, los cuida, los riega con fe. Porque quien persiste, florece.
Transformar el dolor en fuerza
Las lágrimas no caen en vano. Se convierten en riego para ese jardín interior. El sufrimiento no nos destruye, nos hace más sabias, más vivas.
Florecer en libertad y esperanza
Al final, el alma se muestra tal cual es: con raíces firmes y alas libres. El mensaje es claro: al abrazar nuestra sombra y nuestra luz, nuestra esencia puede expandirse como un universo en flor.
En un mundo que a menudo premia las máscaras y castiga la autenticidad, elegir ser una misma es un acto de valentía. Entre luces, escenarios y momentos de silencio interior, Yesica y Angelica han recorrido un largo camino de autodescubrimiento. No siempre fueron comprendidas. A veces, sus voces parecían perderse entre el ruido. Sin embargo, cada paso que dieron, cada lágrima contenida y cada sueño persistente, fue parte de un viaje que hoy florece en forma de arte, música y verdad.
Esta charla no es solo una entrevista. Es una ventana al alma de dos creadoras que han aprendido a transformar sus sombras en raíces profundas, su vulnerabilidad en fuerza, y su dolor en belleza. Hoy, nos comparten su mirada más íntima sobre el proceso de descubrir su luz, cuidar sus sueños y vivir con esperanza, aun cuando el mundo parece no entenderlas.
Acompáñanos en esta conversación sincera y luminosa con Yesica y Angelica —dos mujeres, dos voces, un mismo corazón que late al ritmo del arte y de la autenticidad
Entrevistador(a):
¿Cómo se conectaron emocionalmente con la idea de descubrir y aceptar su propia luz, incluso cuando otros no la comprendían?
Yesica:
Para mí, aceptar mi luz fue un acto de rebeldía suave… como decidir florecer aunque nadie lo esperara. Durante mucho tiempo sentí que esa luz era invisible para los demás, como si brillara en otra frecuencia. Pero entendí que no necesitaba ser comprendida para ser valiosa. Mi luz no depende de los ojos ajenos, sino de cómo me abrazo a mí misma.
Angelica:
En mi caso fue un proceso de mucha introspección. Hubo momentos donde intenté encajar, donde opacaba lo que realmente era por miedo al juicio. Pero cuando dejé de buscar validación afuera, comencé a ver mi brillo con más claridad. Fue ahí cuando entendí que descubrir tu luz es una forma de amor propio… aunque a veces duela.
Entrevistador(a):
¿Reflexionaron sobre sus propios sueños? ¿Qué sienten que necesitan para seguir floreciendo?
Angelica:
Sí, todo el tiempo. Para nosotras, soñar es una forma de respirar. Pero no basta con soñar, hay que cultivar. Nuestros sueños necesitan tiempo, paciencia, y mucha fe. Y también necesitan descanso, abrazos sinceros, y espacios donde puedan crecer sin miedo. Florecer no es un momento, es un proceso constante.
Yesica:
Yo creo que nuestros sueños son como semillas que llevamos desde niñas. A veces la tierra no es fértil, a veces no hay sol, pero igual las protegemos. Lo que más necesitan, creo, es un entorno que no las ahogue, que no las juzgue. Necesitan libertad, pero también estructura. Y sobre todo, necesitan verdad. Sin ella, nada florece.
Entrevistador(a):
¿Las inspiró la idea de transformar el dolor en crecimiento? ¿Se sintieron identificadas con ese proceso?
Yesica:
Absolutamente. Nuestro camino ha estado lleno de silencios dolorosos. Pero descubrí que cada herida puede convertirse en raíz. El dolor no es el final del viaje, es parte de la tierra donde crecemos. Hay cicatrices que me recuerdan no solo lo que sufrí, sino también lo que superé.
Angelica:
El dolor me enseñó a mirar hacia adentro. A veces lloras en silencio y crees que nadie lo nota, pero cada lágrima deja un rastro, y ese rastro puede volverse sabiduría. Me sentí muy identificada con ese mensaje de la canción… transformar la tristeza en belleza, en fuerza, es el mayor acto de alquimia que el alma puede hacer.
Entrevistador(a):
¿Sintieron al final una invitación a vivir más libremente, sin miedos? ¿Qué emociones les dejó esa imagen de esperanza?
Angelica:
Sí. Para mí fue como abrir una ventana después de una tormenta. Esa imagen final, donde el alma se muestra con libertad, me dio paz. Me hizo sentir que todo lo vivido tuvo sentido. Que cada sombra dio forma a la luz. La esperanza, en ese momento, se sintió real. No como una promesa, sino como una presencia.
Yesica:
Fue una revelación. Como si la canción nos dijera: “Ya puedes respirar, ya puedes ser tú sin miedo”. Esa libertad, tan soñada, por fin se vuelve tangible. Me llenó de emoción y también de gratitud. Porque después de tanto andar, poder decir “aquí estoy, con todo lo que soy” es un acto de esperanza pura.
Y si llegaste hasta aquí… gracias de corazón.

Este espacio que compartimos contigo nace del deseo profundo de construir algo real: una comunidad genuina, sin filtros ni máscaras. Una familia de almas que, como nosotras, está en constante búsqueda: de sí mismas, de su voz, de un lugar donde puedan ser sin miedo. Cada canción que cantamos, cada trazo que dibujamos, cada palabra que escribimos, nace de nuestra verdad. Una verdad a veces rota, a veces luminosa, pero siempre auténtica.
Si algo de lo que viste, escuchaste o sentiste hoy resonó contigo, entonces ya no estamos solas. Tu presencia, tus emociones y tu historia también forman parte de este universo en flor que estamos cultivando juntxs.
Y antes de irte, cuéntanos:
¿Viste el video donde cantamos la canción a capela? ¿O el clip donde hablamos desde el alma sobre esta entrada? Si te diste una vueltita por allá, déjanoslo saber en los comentarios. Nos encantaría saber que estuviste, que nos acompañaste en ese momento tan especial. A veces una palabra, un corazón que escucha, es todo lo que necesitamos para seguir creando.
Gracias por leer, por escuchar, por sentir junto a nosotras.
Si esta canción tocó algo en ti, si movió una emoción dormida o despertó un recuerdo, comparte tu sentir. Tus palabras son un eco que nos llega al alma y, en este espacio, cada eco tiene su lugar. Cada historia importa. Cada corazón merece florecer.
Con amor,
Yesica & Angelica
Nuestra Canción de Esperanza
Escucha la canción si deseas aprenderla.
Letra de la canción Yesica & Angelica 🌸 Improvisación Acapella de ‘Universo en Flores’
Entre sombras sin ser vista,
Mi luz oculta, por nadie reconocida.
Pero la oscuridad, surgió una chispa,
El universo en mí, comenzó a despertar.
Cada paso que di,
Entre miradas, no comprendían.
El viento sopló, y en silencio,
En mí, floreció
soy el universo,,
Cada estrella, cada color.
Renací, me descubrí,
Y ahora sé quién soy.
Soy el universo,
Cada pétalo su valor.
Mi luz, mi alma,
El mundo verá mi esperanza.
Voces decían que no lograría,
Que mis sueños desvanecerían.
Pero planté en mi alma,
Y ahora el sol las hace crecer, las hace crecer
como una eterna flor
No más dudas, no más temores,
Soy el universo lleno de colores.
lágrima que cayó en silencio,
Regó el jardín que hoy llevo por dentro.
soy el universo,,
Cada estrella, cada color.
Renací, me descubrí,
Y ahora sé quién soy.
Soy el universo,
Cada pétalo su valor.
Mi luz, mi alma,
El mundo verá mi esperanza.
Raíces fuertes, el cielo amplio,
Mis sueños ahora tienen espacio.
Mi alma libre, como el viento,
Floresciendo en todo momento.
soy el universo,,
Cada estrella, cada color.
Renací, me descubrí,
Y ahora sé quién soy.
Soy el universo,
Cada pétalo su valor.
Mi luz, mi alma,
El mundo verá mi esperanza.
Cierro los ojos, me entrego al sol,
Soy el universo… en flor.
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