De vez en cuando, Angelica y yo caminamos como si estuviéramos en una cita. Nos arreglamos, nos ponemos nuestras prendas favoritas, y salimos de casa no solo para llegar a nuestro destino, sino para disfrutar el viaje. Cada paso se convierte en una invitación a redescubrir el mundo que nos rodea, una manera de encontrar belleza en lo cotidiano y en lo inesperado.
Para nosotras, caminar de regreso a casa no es solo una forma de evitar el bullicio del transporte público. Es nuestra manera de crear un momento especial en medio de la rutina, como si la ciudad misma nos estuviera esperando con sus rincones ocultos y sus luces al atardecer. En esos momentos, nos sentimos libres y ligeras, como si el mundo se abriera solo para nosotras.
La vida, como nuestros paseos, suele llevarnos por caminos inciertos. A veces, sin un rumbo claro o con giros inesperados que nos hacen dudar, cuestionarnos, incluso retroceder. Angelica siempre bromea con la idea de que, cuando obtenga su licencia y cuente con un GPS, todo será más fácil. Pero sabemos que ni siquiera un GPS podría impedirnos perder el camino de vez en cuando. Y, en realidad, perderse es también una forma de encontrarse.
Nuestro destino no es el destino en sí, sino el viaje que hacemos juntas. Incluso cuando nos damos cuenta de que vamos en la dirección equivocada, nos reímos, respiramos profundo y seguimos adelante, disfrutando de la compañía mutua y de cada detalle a nuestro alrededor. La naturaleza se convierte en nuestro refugio: el aire fresco, los árboles que nos brindan sombra, los pájaros que pasan volando, y hasta las flores que crecen en el concreto de la ciudad. Sin darnos cuenta, estamos creando recuerdos y conectando con el mundo a un nivel mucho más profundo.
La suerte es que, sin importar el clima, las dos siempre estamos juntas. Hemos hecho de estas caminatas una pequeña batalla diaria para evitar el caos de la multitud, el ruido y la prisa de la ciudad. En su lugar, preferimos el silencio de nuestros pasos, el sonido de nuestras risas y las conversaciones que surgen naturalmente. Capturamos estos momentos con la cámara, queriendo compartir con ustedes la magia que encontramos en cada paso. En nuestros videos, intentamos mostrar cómo, entre la rutina y la serenidad de la naturaleza, encontramos algo de paz.
Aquí les dejamos uno de nuestros videos favoritos. ¿Qué es lo primero que les llama la atención? ¿Es el suelo que nos sostiene, el vasto cielo que nos cubre, o las aves que cruzan el aire? Cada detalle contribuye a la experiencia visual y emocional que queremos transmitirles, como una invitación a detenerse, respirar y admirar lo que tienen alrededor.
No queremos solo mostrarles paisajes; queremos compartirles la calma que encontramos en ellos. Queremos recordarles que, aunque a veces la vida nos lleva por caminos inciertos, caminar y redescubrir el mundo que nos rodea puede traer serenidad y claridad a nuestros corazones. A veces, en vez de abrumarse con la multitud, es mejor permitirse caminar, disfrutar del aire fresco y escuchar el susurro de la naturaleza.
La vida está llena de belleza, esperando ser descubierta en cada esquina, en cada paso, y en cada mirada. Permítanse apreciar y ser parte de estos momentos, y acompáñennos en estas pequeñas aventuras visuales que nos hacen sentir vivas. Esperamos ansiosamente sus comentarios y que compartan con nosotras qué les impactó primero. ¡Quizás sea el cielo, quizás el sonido de las hojas, o simplemente la compañía silenciosa del camino!
*Aquí tienes 6 preguntas que te ayudarán a hacerte una idea de lo que sentimos y experimentamos en nuestras caminatas:
1. ¿Qué encuentran de especial en estas largas caminatas?
Para nosotras, caminar es mucho más que un medio de transporte; es un respiro de libertad, una pausa en el ritmo rápido de la ciudad. Nos permite desconectar del ruido y reconectar con la naturaleza, con nosotras mismas, y con esos pequeños detalles que muchas veces pasan desapercibidos. Sentimos que el camino nos regala momentos de serenidad, algo que solo el silencio y la compañía mutua pueden ofrecer.
2. ¿Cómo enfrentan la incertidumbre en sus caminos?
La verdad, nos hemos perdido muchas veces, y aún así seguimos adelante. Sabemos que la vida es incierta, y no siempre hay una ruta clara. Pero hemos aprendido que la clave es caminar sin prisa, observando, escuchando y confiando en que, a pesar de todo, hay algo hermoso que descubrir. Si una de nosotras flaquea, la otra siempre está allí para reírse juntas y seguir adelante, porque en cada paso estamos construyendo recuerdos y fortaleciendo nuestra unión.
3. ¿Por qué prefieren evitar la multitud y los autobuses llenos?
Para nosotras, la paz que encontramos al caminar es insustituible. En el autobús, rodeadas de desconocidos y sin espacio para respirar, sentimos que nos desconectamos. En cambio, al caminar podemos disfrutar del aire fresco, de la libertad de tomar nuestras propias decisiones y de la comodidad de estar juntas, sin que nadie más interrumpa ese momento. Es nuestra manera de buscar belleza y calma en medio de la ciudad.
4. ¿Algún consejo para quienes quieren disfrutar más de sus caminatas?
¡Definitivamente! Para comenzar, traten de caminar con una mente abierta y sin prisa. Observen los detalles: las hojas, las nubes, el sonido del viento. También es importante estar presentes y agradecer el momento, incluso si es solo un trayecto diario. Crean su propia ruta y hagan de cada paso una experiencia que las conecte con el mundo y con ustedes mismas. ¡Y si pueden compartirlo con alguien especial, aún mejor!
5. ¿Qué tipo de belleza buscan en sus caminatas?
La belleza que encontramos es la que se oculta en la simplicidad: una calle vacía, una flor que crece entre el concreto, los reflejos de luz al atardecer. Nos inspira esa calma que a veces solo se revela cuando estamos presentes, sin distracciones. Cada esquina puede sorprendernos con algo nuevo y hermoso, y esa sensación de descubrimiento es la que hace que cada caminata sea única.
6. ¿Cuál es su mensaje para quienes se sienten abrumados por el ritmo de la vida?
Nuestro mensaje es sencillo: deténganse un momento, respiren y caminen. No necesitan llegar a ningún lugar específico; simplemente disfruten del viaje. Muchas veces, la vida es más rica y hermosa en los momentos tranquilos, lejos de la multitud. Permítanse ver y sentir el mundo de otra manera, caminando con calma y sin expectativas. La naturaleza y el tiempo en soledad pueden regalarnos una paz profunda y reveladora.
Estas preguntas y respuestas capturan esa conexión profunda y libre que compartimos en nuestras caminatas, y cómo valoramos esos momentos especiales que la naturaleza y nuestra compañía mutua nos brindan. Aquí tienes 6 que te ayudarán a hacerte una idea de lo que experimentamos en cada paso:
Nos encantaría saber qué piensan sobre esta entrada y cómo resuena con ustedes. ¿Han vivido momentos similares o tienen algún rincón especial que les brinde esa calma y conexión? ¡Déjennos sus comentarios y compartamos juntas esas pequeñas maravillas que encontramos en el camino!
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